Barcelona. Centro Noticias publica una entrevista realizada por, Gustavo Romero, a la Dra. Anabel Gradailla, Colegiado numero 57791 (su matrícula en España), en la Ciudad Condal.
Anyta debe haber pasado noches enteras sentada en su silla estudiando minuciosamente cada parte del cuerpo. La Anatomía, las enfermedades. Seguramente perdiéndose cientos de salidas, posponer reuniones familiares, amigos y fechas importantes, por qué los exámenes para estudiar Medicina sé que son arduos. Creo que es una carrera que no debe permitirte algunas “licencias", de estudiar para "zafar". Se recibió de Médica en Buenos Aires (Argentina) en la Universidad Pública (UBA) y estoy seguro que debe estar orgullosa de ello.
La conocí en el verano en la playa de Bogatell, fue por nuestro amigo en común “Nacho”, en el poste de la playa. Poco a poco fuimos cultivando una amistad. Ella es quien más nos ha orientado y aconsejado para cuidarnos contra el Coronavirus en Barcelona, ella es una persona expeditiva, altruista. Trabaja actualmente acá, y dentro de sus objetivos personales está la especialización en cirugías.
Hace días le pregunté, ya no en calidad de amigo, sino periodísticamente: Contame tus sensaciones… ¿Podes?
Lo abajo cronicado es una edificante reflexión de ella:
Pasados varios días de la pandemia el ministro de Sanidad empieza a develar la magnitud de uno de los problemas más preocupantes causados por el coronavirus: unos 4.000 sanitarios ya han caído contagiados (hoy son casi 9.444). El daño que el coronavirus está haciendo en la salud del personal sanitario que lo combate ES MUCHO MAYOR QUE EN OTROS PAÍSES.
En Italia los médicos y enfermeras suponen el 8% de los contagiados totales, frente al 12% de España (hoy ya es el 15%). En China no llegaron ni al 4%.
Las organizaciones profesionales llevan desde principios de marzo urgiendo medidas a los gestores sanitarios para evitar contagios. El Sindicato de Enfermería sabe de centros donde se lavan las batas y las mascarillas para reutilizarlas, algo aberrante en términos de higiene sanitaria. No hubo previsión en las autoridades y, ante la avalancha de enfermos, el personal médico y de enfermería de primera línea de batalla ha tenido que buscarse la vida para ponerle barreras al coronavirus: se fabrican equipos de protección con bolsas de la basura, cosa que a estas alturas no debería ser admisible. Y mientras los epidemiólogos aspiran a que las medidas de distanciamiento social aplanen cuanto antes la curva de propagación en la población en general, el freno a la expansión de la enfermedad entre los sanitarios no tiene un horizonte nada claro.
Es una curva propia que, seguramente, tardará más tiempo en aplanarse porque los sanitarios van a seguir más expuestos y durante más tiempo. El problema sólo se frenará cuando se acabe con la acuciante falta de equipos de protección adecuados. La escasez afecta mucho a las máscaras FPP2 y FPP3 que protegen de las secreciones del paciente, y a las batas impermeables. Hubo mucha improvisación inicial y bastante relajación. No se le dio la importancia necesaria y faltó una centralización de las medidas
Y por todo eso, por esa criminal negligencia, porque a 4 de abril estamos igual que en febrero, el Consejo Estatal de Médicos ha presentado hoy una denuncia ante el Tribunal Supremo para que el nefasto Gobierno de ensoberbecidos inútiles que nos ha tocado padecer haga por fin su trabajo y nos permita realizar el nuestro sin enfermar, sin que caigamos como insectos en esta guerra en la que nos han metido sin un maldito fusil, sin una bala.
A ver morir las generaciones que pusieron el lomo para levantar el país, y otros tantos jóvenes...
Nadie nos ópara esto, estudiamos para salvar vidas. Hospitales desbordados, UCI’s a tope, y se empieza a decidir entre pacientes graves quien si y quien no tiene opción de ocupar una de sus camas. No hay espacio, ni material, ni personal para todos. En pleno siglo XXI hemos vuelto a época de guerra.
Hay tantos políticos ingresados en la Ruber me imagino que estarán pensando y discutiendo la forma de dimitir. De dimitir, lpm. De dimitir. Que no es un nombre alemán dimitir, sino la única acción honorable que le queda a un irresponsable cuando se ha demostrado sobradamente su irresponsabilidad.
Y no digo que lo hagan ahora, en plena crisis, sino luego: cuando estemos en la calle los que queden. Porque en la calle nos veremos, sí. No lo duden. Iremos todos, de la mano. Y se abrirán para nosotros las grandes alamedas, como decía Salvador Allende poco antes de morir asesinado. Y allí, en la calle, en esas grandes alamedas, estaremos todos juntos: las enfermeras, los celadores, las auxiliares de las residencias, los pacientes, los médicos, los conductores de las ambulancias, los taxistas, los bomberos, los jubilados, las cajeras, los transportistas, las amas de casa, los autónomos, los farmacéuticos… Todos. Todos juntos, de la mano. Todos en defensa de la Sanidad Pública. Todos contra el mal Gobierno. Y esta vez nada de batas blancas, ni de lazos amarillos, ni verdes feministas, sin camisetas. Todos de riguroso negro. De negro color de luto. De negro como las negras togas del Tribunal Supremo que los habrán de juzgar algún día. De negro como las negras bolsas de basura que se han de poner mis compañeros.
Por Gustavo Romero (Locutor Nacional) desde Barcelona (España)
Imagen: Barcelona Hospital Campus.