San Salvador. Esta es una columna de opinión, que tiene todo de opinión y nada de columna…
Con el fin de provocar voy a citar, fuera de todo contexto, una frase de Borges “…la democracia no es mas que un abuso de las estadísticas…”, yo la hago mía con algún cambio “La Democracia sin Republica no es mas que un abuso de las estadísticas.”
Alfonsín, en el 83 aposto vivir aquel modelo que Montesquieu pensó; donde debía haber “Virtud Política como el Principio íntimo de la República”, y con aciertos y errores así se vivió la política.
Fue Alfonsín, quien, al caos provisto de urnas, a ese abuso de las estadísticas, convirtió en algo que debemos celebrar y cuidar; no se trata solo de poder votar, se trata sin dudas de poder pensar, expresar, disentir, de tener reglas cívicas.
Lamentablemente, 20 años después de aquel 83 comenzó un régimen de gobierno que no puede ser denominado de otra manera que #Kirchnerato, si, evocando al #Unicato, prebendas, “premios” y “castigos”. Casi todos se volvieron kirchneristas, muy pocos han resistido a tan tremendo embate ideológico.
#TodosKirchneristas, si, casi toda la política terminó girando en torno al Kirchnerato, hemos quedado entrampados en diatribas y dialéctica boba; para explicarse políticamente usan el kirchnerato. El nefasto régimen logró ser “la vara” con la que todo se mide, se es “k” o “antiK”, se corre tras la agenda que impone con facilidad pasmosa; tan solo necesita tirar declaraciones delirantes y provocadoras para que todo debate político muera ahí.
El kirchnerato destruyó los partidos políticos y con ello la Democracia Representativa, destruyó las instituciones y con ello la Republica, prostituyo causas nobles convirtiéndolas en expresiones panfletarias, exacerbo como nunca el odio con el único objetivo de crear fundamentalistas. Fundamentalismo, el fundamentalismo es una funda mental que no deja pensar y solo lleva a reaccionar.
“Hay que tener cuidado al elegir a los enemigos porque uno termina pareciéndose a ellos.” (Jorge Luis Borges)
No se trata de 3 generaciones arruinadas por dadivas y prebendas, se trata de haber convertido la Democracia Republicana en un burdo abuso de las estadísticas, en haber perpetrado el mayor robo de la historia argentina, que no solo fue llevarse millones y millones de dinero, sino que se robaron la idea de progreso como recompensa al esfuerzo.
La mejor manera de salir de un laberinto es “por arriba”, la única forma de salir de esta crisis estructural es ponerse por encima de las provocaciones dialécticas proponiendo, sin eufemismos ni verdades de Perogrullo, un Plan de Gobierno y esa es la deuda que tenemos con este país.
Por Gabriel Epstein (Abogado)